Políticas Post

En los primeros días de la pandemia, el “Financial Times”, influyente medio de comunicación económico internacional, en un editorial con motivo de las causas y efectos de la pandemia del COVID 19, recogía la necesidad de aumentar el papel del Estado, la intervención y las políticas públicas en la economía.

El medio abogaba por la reflexión y por la reversión de las políticas públicas generalizadas de las últimas cuatro décadas en las economías de los distintos países (con mayor o menor incidencia), conducentes a una involución y debilitamiento del papel del Estado, deterioro de los servicios públicos, austeridad (en el caso europeo) y, por tanto, reclamando abiertamente, un papel más activo del Estado en la economía.

Imagen de cromaconceptovisual en Pixabay

El Financial Times enunciaba una serie de cuestiones que era preciso abordar por los responsables públicos y que hasta el momento habían sido soslayadas. Entre ellas, mencionaba abordar cuestiones como la renta básica, la sostenibilidad de los sistemas fiscales, la redistribución de la renta y reducción de las desigualdades, el papel de los servicios públicos como la educación, la robustez y cobertura de los sistemas de salud, la fortaleza y alcance los sistemas de protección y de atención a mayores.

En el mundo económico, la publicación de posición editorial ha sido enormemente sorprendente, en la medida que al Financial Times se le atribuía, tradicionalmente, una posición difusora y promotora de políticas de privatización y reducción del Estado en la economía, contradictorias con su papel actual.

Sin entrar en la cuestión sobre si esto ha sido así o no, lo cierto es que es momento de repensar las políticas económicas y las políticas públicas asociadas a las mismas, en la medida, que cuando haya una cierta estabilización en el mundo económico y político será preciso empezar a articular aprendizajes más globales y de largo plazo.

Además, en muchos países dónde esta pandemia está produciendo estragos enormes en su aparato económico (países con una dependencia enorme de ingresos turísticos, como es nuestro caso) ya se habla abiertamente hacia futuro de “economía de guerra” y de “reconstrucción” social, que van a incidir en cambios en su sistema productivo y, por ende, en sus modelos educativo, tecnológico o en las propias políticas migratorias y de inclusión social.

Es indudable, el devastador efecto sobre la vida de las personas, la salud, los sistemas de salud, sobre el empleo y sobre la pobreza que los expertos ya auguran será mucho mayor que en la crisis mundial de 2007-2008. Por ejemplo, en Estados Unidos, en tres semanas el número de parados ha crecido en 24 millones de personas, el doble que en el período más intenso de la anterior y última crisis.

Los expertos anuncian que podría llegar a los 30 millones de parados, cifras que serían muy comprometedoras con el proceso electoral que tienen en ciernes.

El alcance de esta crisis en las políticas públicas requerirá atender a tres momentos temporales en las mismas ex ante, durante y ex post:

Ex ante, de forma que se va a plantear la forma en que cada sociedad, en cada economía y en cada uno de nuestros sistemas de salud y de protección social cómo estaban preparados y si disponían de mecanismos lo suficiente capaces para responder a un desafío de estas características, monitorización, asesoramiento, conocimiento y previsión ante estos riesgos catastróficos de estas dimensiones “existenciales” en una escala global como son los medioambientales, la gobernanza de la Inteligencia Artificial, etc…

El segundo nivel será el durante: las medidas más inmediatas de preparación, contención y afrontamiento de la pandemia como es el establecimiento de las cuarentenas, el momento de fijación de las medidas de confinamiento, la eficacia en la fijación y el control de las mismas, así como la suficiencia, capacidad y oportunidad de las medidas asociadas a las mismas para ayudar a personas, empresas para dar cobertura al impacto económico y social.

Y, el tercer nivel será ex post. Tendrá que ver con las lecciones aprendidas para instrumentar nuevas medidas que mejoren los sistemas de salud, de protección, de recuperación del tejido productivo, de generación de certidumbre y cohesión social y de los sistemas públicos de protección según los estragos en cada economía y cada sociedad. De estudio, elaboración y puesta en marcha de políticas públicas basadas en los aprendizajes y los efectos.

Lógicamente y, en consecuencia, también se va a producir un análisis comparativo y en términos relativos entre distintos países en estas dimensiones y ámbitos temporales, preparación, respuesta y aprendizajes en sus políticas públicas. Es inevitable y debería ir dirigido a la adaptación e identificación de las mejores soluciones y buenas prácticas.

Por eso, el papel que van a cobrar las políticas públicas en nuestras sociedades y en nuestras economías va a ser especialmente relevante, tanto en su diseño, formulación, regulación, implantación y eficiencia.

Va a requerir cambios importantes en la gestión de las políticas y asuntos públicos, en su comunicación y en la vinculación con los procesos políticos, en la negociación con los agentes económicos y sociales, en la gestión del conflicto, acuerdo y modelos de relación.

Será un movimiento que afectará a todos los aspectos y sectores productivos, en el papel del sector público y formas de actuación: conformación del Estado del Bienestar (sanidad, renta mínima, protección social), fiscalidad, papel del sector público en la economía, modelos de colaboración público-privada y mecanismos asociados (inspección, control, gestión, supervisión y rendición de cuentas más exigentes), entre otras cuestiones.

Finalmente, también en el ámbito propositivo, cabe señalar que la instrumentación de la actuación pública no siempre debe recaer en un aumento del gasto público o en la estatalización empresarial. Tiene que ver con la fortaleza para la ordenación y articulación de forma eficiente de diseños regulatorios, mecanismos de inspección, control, supervisión y gestión eficaces. Es decir, con Administraciones capaces y creíbles, con buenos gestores acostumbradas a pensar a largo plazo, superando los ciclos electorales y políticos en su proposición.

También habrá un post Covid 19 en la economía, las políticas y los asuntos públicos y en su comunicación. Más claro, más público, más necesario y más informado.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Deja un comentario